LA VECINA RUBIA Social female referrer
Uno de los personajes más influyentes de Internet en España. Un perfil de referencia que nos acerca anécdotas que a todos nos resultan familiares y que consiguen sacarnos una sonrisa. Seguramente esa es la clave de su éxito. Eso y el personaje tras el que se esconde, La Vecina Rubia.
Ingenio limpio, irónico, educativo y responsable que, desde el más absoluto anonimato, ejerce una positiva influencia entre sus seguidores. Un toque de realidad en clave de humor que ha conseguido humanizar las redes sociales y que ha logrado dar visibilidad a un largo listado de causas solidarias y sociales.
Autora de las novelas ‘La cuenta atrás para el verano’, ‘Contando Atardeceres’ y ‘La chica del verano’.
Ordenada, concisa e implicada, apasionada por la ortografía, férrea defensora de la mujer y de la amistad y gran observadora de las relaciones sociales.
Conozcamos un poco más de ella.
¿Cómo recibiste el galardón de los Enzo10 Awards?
Con mucha ilusión y agradecimiento. Ser elegida referente social femenino es un gran reconocimiento, así como una gran responsabilidad. Reitero mi agradecimiento por tenerme en cuenta en unos premios que realzan la contribución de personas relevantes en distintos ámbitos de la sociedad.
Siempre nos gusta abrir estas entrevistas preguntando quién es la persona con la que hablamos. En tu caso, y sin ánimo de descubrir tu identidad, ¿quién es La Vecina Rubia?
Me gusta resumirlo con una frase que a priori puede sonar como una incongruencia: La Vecina Rubia es la escritora anónima más conocida de las redes sociales. Soy una mujer como cualquier otra, con la peculiaridad de que más de cinco millones de personas leen lo que escribo cada día.
¿Por qué La Vecina Rubia?
En mi nueva novela ‘La chica del verano’ hablo de los inicios de mi alter ego, donde podremos saber mucho más. También hablé de la elección de este pseudónimo en Contando atardeceres. Prefiero no hacer destripes por aquí de los libros para que todas las lectoras puedan disfrutarlo por igual.

FOTO: Cedida
Los Enzo10 Awards reconocen valores. ¿Qué valores te definen?
Me gusta creer que soy honesta con lo que hago y transmito tanto en las redes sociales como en todos mis proyectos. También la responsabilidad con la que intento afrontar todos los temas de los que hablo, así como la humildad cuando me equivoco al hacerlo.
¿Cuándo te diste cuenta de que te habías convertido en una influencer?
Me gusta pensar que no solo yo soy influencer porque mi perfil da voz a muchísimas personas, en todo caso seríamos millones de influencers, algo que sí me parece más acertado. He querido siempre mantenerme anónima en este sentido, simplemente intento hacer las cosas lo mejor posible en todo aquello que emprendo, intentando que mi contenido aporte, dentro de lo que soy yo como persona, algo enriquecedor, ya sea en materia educativa, solidaria o puramente de entretenimiento. Intento aprovechar este altavoz, ese “status” de influencer para tener un retorno positivo en redes sociales de forma que todas nos sintamos orgullosas con lo que conseguimos y sobre todo crear una comunidad sana.
Consigues que la gente sienta tus historias como propias. ¿Cómo se consigue eso?
Quiero pensar que en mis novelas trabajo con conceptos generales tan importantes y reconocibles en la vida cotidiana, y a veces tan olvidados, que todas las personas los identifican claramente, y no solo con un momento actual de sus vidas, sino con alguno en concreto del pasado, lo cual hace esa experiencia de auto-ficción de mis novelas mucho más agradable. Acabas con la sensación de no querer soltar a los personajes por ser parte de ti o por ser tú parte del grupo.
Muchos de tus seguidores destacan de ti un optimismo que contagia. ¿Pesa esa responsabilidad?
Saber que todo lo que escribo en redes sociales puede ser leído por más de cinco millones de personas cada día es una gran responsabilidad en todos los sentidos.
¿Cómo gestionas un mal día?
Como cualquier persona, supongo. Intentando revertirlo o buscando entresacar las partes positivas del día, que no siempre son fáciles de percibir.
¿Cómo llevas a los detractores?
No me importan las malas opiniones, de hecho creo que son importantes para no perder nunca la perspectiva.
¿Te marcas alguna línea roja?
Muchas, por supuesto. Por resaltar alguna, intento no hablar de lo que no sé. Mi línea roja es no lanzarme a hablar de algo sin saber. Por supuesto, me equivoco, como cualquier ser humano, pero procuro ser muy responsable con mi gran altavoz.
¿Renuncias a algo?
Por ejemplo, con el anonimato renuncio a hacer firmas de libros como otros autores, pero por otro lado tengo la gran suerte de tener el contacto diario con cada una de las personas que me leen y eso es maravilloso.
Las causas solidarias y sociales son tus preferidas.
A lo largo de todos estos años hemos logrado grandes cosas juntas: desde recaudar miles de euros para campañas de investigación contra el cáncer hasta conseguir el dinero necesario para instalar el aire acondicionado en una residencia para mayores en peligro de exclusión social, pasando por recaudar los fondos necesarios para poder enviar 150.000 kits de vacunas a países en desarrollo o poner en valor la labor de centenares de protectoras de animales. En definitiva, infinidad de proyectos sociales y solidarios en los que hemos participado.
¿Complicado pasar de los 2200 caracteres de Instagram a los miles y miles de una novela?
Escribir una novela es algo que da mucho respeto y solo cuando estuve segura de que tenía algo sólido que contar me atreví a salir de la zona de confort que dan los 2200 caracteres de Instagram. Ha sido un proceso largo, bonito y a veces duro, ya que llevaba varios años con esa necesidad de contar una historia que, desde pequeña, siendo lectora empedernida, me ha acompañado. Mientras estaba inmersa en el proceso, he disfrutado como una niña con zapatos nuevos; he reído, me he emocionado y he llorado a partes iguales, y esto es justo lo que me gustaría transmitir a todos los lectores. Conseguir reproducir cada una de las emociones y transmitirlas de manera íntegra y limpia. Sin aditivos narrativos. Tan sencillas o complejas como son cada una de ellas, siendo lo más auténticas y reales posibles.
¿Significó para ti un antes y un después ‘La cuenta atrás para el verano’?
Significó el salto al mundo editorial y los cimientos de una carrera como escritora. De momento, con solo dos libros en el mercado he conseguido llegar a más de medio millón de lectoras. Sin duda, esta saga es un antes y un después.
‘Contando Atardeceres’ es el título de tu segunda novela. ¿Crees que la vida va de contar?
‘La cuenta atrás para el verano’ suponía ese camino enrevesado que es el paso de la adolescencia hasta la madurez. Todo era un continuo «cuando cumplas los veinte», «cuando apruebes todas las asignaturas», «cuando encuentres trabajo»… Todos esos tiempos que te va marcando la vida hasta que llegas a los treinta y empiezas a tomar el control. Los atardeceres son un símbolo de haber llegado a esa madurez, al ocaso del día y, como tal, la historia de ‘Contando atardeceres’ se muestra mucho más pausada, áspera por momentos y profunda. Abundan las risas, por supuesto, por encima del todo, y el amor y la amistad continúan, pero con un ritmo diferente, ni mejor ni peor, diferente. Dejando de contar el tiempo que queda hasta el verano, el momento más feliz para una niña, y pasar a contar atardeceres, un acto en sí mismo mucho más maduro y reflexivo.
¿Esperabas convertirte en un fenómeno editorial de éxito?
Cuando escribes siempre tienes la ilusión de que alguien lo lea. El fin último de escribir una novela es ese. Solo con pensar que tanta gente me ha regalado su tiempo leyéndola siento que ya de por sí se ha creado una relación que nos une y de la que estaré eternamente agradecida. El tiempo es lo más preciado que tenemos y que tantas personas inviertan el suyo en mi novela es un privilegio.
Tenemos nueva novela.
Sí, justo acaba de publicarse mi tercera novela, ‘La chica del verano’, que supone el cierre de la saga Verano. La más madura de las tres novelas hasta la fecha. Tras el cierre de esta saga, seguiré escribiendo con mucha ilusión.
¿Te has imaginado alguna vez ver tus historias en la gran pantalla?
Es un gran sueño. De hecho, hace unos meses ya contamos que la productora Plano a plano adaptará a serie la novela ‘La cuenta atrás para el verano’.
¿Qué eres primero, escritora o influencer? ¿Son compatibles?
Que una mujer pueda ser escritora e influencer, o influencer y escritora —no creo que alternar los factores aquí altere el producto—, sigue siendo una batalla de la que afortunadamente intento salir airosa. Las novelas pueden tener mucho de la primera (escritora) y algo de la segunda (influencer), pero no son incompatibles. La historia de una escritora influencer es compatible con la que hay detrás de una buena novela.
En un mundo como el que vivimos, ¿cómo consigues mantener en secreto tu intimidad?
Mi anonimato es algo reconocido, respetado y valorado desde hace muchos años. Desde mi punto de vista, creo que es absolutamente necesario guardar una parcela de intimidad en este mundo de constante exposición en redes sociales. Siempre he sostenido que no es necesario mostrar un rostro o tu día a día para llegar al corazón de las personas y todo el mundo respeta esa decisión, algo que agradezco con mucho cariño.
¿Te has encontrado con alguna barrera por el simple hecho de ser mujer?
En la literatura que escribo, se suele considerar que las mujeres escribimos “género menor”. En ese sentido sí me he sentido denostada, al igual que les ocurre, por desgracia, a otras compañeras.
¿Alguna situación o circunstancia que haya significado un punto de inflexión en tu vida?
Supongo que lo primero que se me viene a la cabeza cuando me preguntan por una situación que cambió mi vida, mi forma de ver las cosas, fue la muerte de mi padre.
Nos gusta acabar nuestras entrevistas preguntando sobre algún sueño que te queda por cumplir.
No puedo pensar en sueños futuros cuando todavía estoy disfrutando plenamente de un sueño presente: la publicación de mi tercera novela.