El equipo se enfrenta este domingo al Boca Gdansk de los también españoles Eduard Suárez, Eliott Mounoud y Antonio Mayor en un partido que decidirá el ganador
Domingo, 16 de agosto de 2020. Llorenç Gómez ha vuelto a convertir en oro lo que toca. El de Torredembarra ha conducido al FC10 Zgierz hasta la final de la Liga Polaca, que disputará este mismo domingo 16 de agosto a las 15:30h ante el Boca Gdansk.
Sábado frenético el que ha vivido el combinado. Por la mañana, ante el Sopocka Akademia Piłkarska en el último partido de la fase de grupos, donde los de Gómez estaban obligados a ganar si querían acceder a las semifinales. El torrense ha cumplido con sus expectativas y lo ha he hecho a la perfección. El cuerpo técnico ha depositado toda su confianza en él y ha seguido al pie de la letra sus instrucciones. Llorenç tenía bien claro cual debía ser el guión y ha vuelto a acertar.
Es cierto que el equipo tenía a su favor la clasificación asegurada del rival, el Sopocka Akademia Piłkarska, que solo tenia que definir si pasaba a las semifinales como primero o segundo de grupo. Des del inicio del enfrentamiento, los hermanos Martins han estado en el punto de mira. Llorenç no ha dejado ni un solo segundo a Bê, mientras que sus compañeros han centrado todos sus esfuerzos en Leo. La gran presión que han ejercido unos y otros ha obligado al portero rival a lanzar balones hacia arriba y a tenérsela que jugar. Una estrategia que les ha permitido abrir el marcador y ampliar distancias hasta el 3 a 1, cuando Llorenç ha preferido salir para dar más minutos de juego a sus compañeros y para descansar, con la mirada ya puesta en la semifinal. Lo mismo ha hecho el Sopocka con Bê y Leo Martins, que tampoco han vuelto a salir al terreno de juego. El partido ha finalizado con un marcador final de 6 a 1, y Llorenç ha anotado dos tantos más a su palmarés particular.
La victoria les ha dado el billete para la semifinal ante un equipazo como el KP Lodz, conformado en su mayoría por jugadores de la Selección de Polonia y con los grandes fichajes de Gori y Biermann. De hecho, el FC10 Zgierz es de los pocos equipos del campeonato que cuentan con un único jugador extranjero, ya que la mayoría disponen de dos o tres incorporaciones internacionales.
En esta nueva prueba de fuego, todo lo planeado antes del partido también ha salido a la perfección. Los de Llorenç han empezado con buen pie en el marcador, pero bien pronto el rival ha conseguido el empate. Una situación que se ha repetido a lo largo de un partido delirante que ha acabado con la victoria del FC10 Zgierz por 7 a 5, con 4 nuevos goles de Llorenç.

(FOTO EQUIPO Autor: FC10 Zgierz)

(FOTO LLORENÇ GÓMEZ Autor: FC10 Zgierz)
El 10 de ‘La Roja’ se siente orgulloso de su labor tanto a nivel colectivo sabiendo qué transmitir y cómo y cuando hacerlo, como a nivel individual, faceta por la cual se siente más que satisfecho. A falta de unas horas para el inicio de la gran final, Llorenç reconoce sentir “alegría máxima” pero también “mucha concentración y necesidad de no perder el foco”. Para él llegar a la final no es un éxito, el éxito será ganar este domingo y alzarse con un nuevo título. A pesar de ello, es consciente que no será una misión nada fácil. Se verá las caras con los también torrenses Eduard Suárez y Eliott Mounoud y con su compañero de Selección Antonio Mayor. Los tres llevan tiempo trabajando con el equipo y vienen de disputar la Copa Polaca. Una situación que no preocupa a Llorenç, que tiene la táctica muy clara, sabe a lo que tienen que jugar, y está dispuesto a salir al campo a ganar.
Después de lo vivido en Hungría, que ya fue “impresionante”, Llorenç no tiene palabras para expresar lo que le está ocurriendo ahora en Polonia, que ha calificado de “auténtica locura”. Tanto los jugadores, como el míster, como el presidente, como los aficionados que los están arropando “han superado el excelente”, y ha vuelto a mostrarse “orgulloso” de pertenecer a este club y a este proyecto.
Estos dos últimos años jugando de ala no han sido en balde. Llorenç habla de “un gran periodo de aprendizaje” en el que situarse atrás provocaba que el rival no se separara de él y eso les permitía generar espacios, superioridad y juego. Una enseñanza que ha interiorizado y que surge de forma innata sobre la arena. Eso sí, ahora con la mentalidad de ‘killer’, esa que siempre lo ha acompañado y que nunca lo ha abandonado del todo. Es ahí, de hecho, donde más está disfrutando y donde más cómodo se siente. Y es que sus capacidades como pívot son más que evidentes, y así lo está volviendo a demostrar en Gdansk, donde ya anotado 16 goles en tan solo 4 partidos. Una cifra que podría seguir incrementando hoy en la final.