BERNARDO BOTELHO Male International athlete
Bondadoso y humilde. Una persona sana, pura y transparente con un talento innato excepcional y unas ganas de crecer y evolucionar inconmensurables.
Con tan solo 6 años, Bernardo Botelho empezó a jugar en una escuelita de fútbol playa y con 18 comenzó a entrenar con la Selección Brasileña. Dos años más tarde, disputó su primer campeonato en categoría sénior. Con 22, debutó con el combinado nacional en un amistoso contra Argentina, y su estreno en partido oficial fue en la Copa América 2022.
En su país, ha vestido la camiseta del Botafogo, el Vasco, el Fluminense, el Anchieta y el América; y a nivel internacional, ha jugado en las filas de un total de veinte equipos de Italia, Portugal, Suiza, Japón, Uruguay, Polonia, Paraguay, Alemania, Kuwait, Ucrania y Letonia. Con todos estos clubes acumula una larga lista de títulos en su palmarés, tanto colectivos como individuales.
Además de futbolista, es Licenciado en Educación Física.
Un claro ejemplo de atleta profesional que ha viajado por todo el mundo, que ha jugado en los mejores clubes del mundo y que acumula infinidad de logros.
Un jugador y una persona que representa los valores por encima de todo. Un gran referente y un gran maestro para las nuevas generaciones.

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¿Cómo recibiste el galardón de los Enzo10 Awards?
Muy contento porque Llorenç es una de las personas que mejor conoce el beach soccer y sus detalles. Consigue ver cosas que a veces los ojos de algunos otros no consiguen ver. Siendo así, recibí este galardón con mucho orgullo y felicidad por el reconocimiento que supone.
¿Quién es Bernardo Botelho?
Hijo de Angélica y Álvaro, soy un carioca de Ipanema, hincha del Botafogo, que crecí enamorado del fútbol y jugando al fútbol playa. Gracias a mis padres, que lamentablemente ya no están, y a mi abuela Elza, pude crecer en un ambiente amoroso con mi hermano Marcelo, estudiar en buenas escuelas y disponer de toda la base necesaria para convertirme en quien soy hoy. Una persona a la que gusta estudiar y aprender sobre diferentes culturas e idiomas para saber respetar a todo el mundo. También tengo una media hermana, Anna Carla, por parte de mi papá.
Los Enzo10 Awards reconocen valores. ¿Qué valores te definen?
Conocer y respetar las diferencias. También soy una persona altruista. Son algunos de los valores que aprendí con mis padres y que llevo conmigo para toda la vida.
Y a las personas que te rodean, ¿qué valores les pides?
Les pido el respeto, por todo y todos, y que traten a los demás como les gustaría ser tratados.

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Queda muy poco para acabar el año. ¿Cómo valoras la temporada?
Ha sido una temporada en la que he podido aprender mucho y crecer en diferentes equipos de todo el mundo. He jugado por diferentes clubes y cada uno de ellos tenía una circunstancia particular y el hecho de adaptarme a cada una de estas situaciones me hace crecer y mejorar, aunque sepa que ya no soy un niño.
En cuanto a resultados colectivos, podríamos haberlo hecho mejor en Brasil con el Botafogo y en Italia con la Sambenedettese. En Uruguay y Japón resultamos campeones con el Malvin y el Tokyo Verdy. Con la Lazio en Costa Rica perdimos en la final contra un equipo fuerte de El Salvador y con Riga de Letonia logramos un segundo lugar histórico en la World Winners Cup, en Alghero.
Imagino que ya pensando en la siguiente… ¿Dónde veremos a Bernardo Botelho en 2024?
Todavía es pronto porque en el fútbol playa todo cambia muy rápido. Pero como siempre he hecho a lo largo de mi carrera, doy prioridad a los equipos en los que jugué la última temporada.
Desde bien pequeño practicas esta modalidad. ¿Qué tiene Brasil que no tienen el resto de los países?
Brasil tiene un clima que nos posibilita estar siempre en la playa, incluso en invierno. Entonces, los nacidos cerca de las playas están acostumbrados a pisar la arena, a correr y a jugar en la playa desde muy pequeños. Esto, sumado al amor que los brasileños tienen por el fútbol, da como resultado grandes jugadores de beach soccer.
¿Cómo recuerdas tu infancia?
Tuve una infancia muy buena, pero no tan fácil como muchos piensan. Lamentablemente, mi papá sufría problemas psiquiátricos y era alcohólico y por eso él y mi mamá se separaron cuando yo era muy pequeño. Pero a pesar de todos sus problemas, mi padre mi dio todo el amor que podía. Mi mamá siempre trabajó mucho para podernos dar, a mí y a mi hermano, lo mejor que podía. Mi recuerdo es el de estar jugando siempre al fútbol con los amigos, por las calles y en la playa. Desde los 6 años estuve en una escuelita de beach soccer. Íbamos mucho a Jaconé con la familia de mi mamá donde quedábamos con todos los tíos y primos. Y también estaba loco por el Botafogo y o bien iba al estadio con mi mamá o miraba los partidos en la TV con mi padre. También iba siempre a la playa a ver a la Selección Brasileña de Beach Soccer.

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Toda una vida dedicada al fútbol playa. ¿Con qué te quedas de todo este tiempo?
El beach soccer me ha dado mucho. Me ha dado la oportunidad de conocer muchos países, de hacer grandes amigos por todo el mundo, de hablar otros idiomas, de crecer culturalmente y como hombre y la posibilidad de tener como trabajo principal lo que más amo.
¿Te han preocupado los títulos y los resultados?
Ser un jugador de alto nivel te obliga a lograr grandes éxitos, que a veces no son solamente títulos. Los títulos son la consecuencia natural de los grandes jugadores y los grandes equipos. Lo más importante es dejar un legado allá donde vayas. Una de las cosas que más me encantan es que un jugador joven me llame para explicarme que ha sido seleccionado por primera vez en su selección nacional y que yo he sido parte importante de ese logro. Y ya ha pasado en Argentina, Italia, Portugal, Brasil, Suiza… Eso demuestra que les transmití algo importante.

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¿Cuál es la clave del éxito?
La clave es aprender constantemente, entrenar mucho, intentar siempre hacer un poquito más y evolucionar siempre. Y, además, tal vez lo más importante sea saber adaptarse a diferentes equipos, compañeros y entrenadores. No son ellos los que tienen que adaptarse a nosotros, somos nosotros los que tenemos que poner lo mejor para ayudarlos y adaptarnos de acuerdo con lo que nos ofrecen.
Has tenido que pasar muchas temporadas lejos de los tuyos. ¿Es fácil compaginar tu vida profesional con tu vida personal y familiar?
Eso seguramente es lo más difícil. Desde hace muchos años paso mucho tiempo lejos de casa y de los míos y extraño mucho quedarme más tiempo con mi familia y mis amigos. No es fácil, pero fue el trabajo que elegí y todo tiene sus pros y sus contras.
¿Alguna circunstancia que haya significado un punto de inflexión en tu vida?
Cuando perdí a mi mamá en 2022. Cuando eso te pasa, te cambia toda la vida, todos los planes…
Llorenç ha sido para ti rival y compañero. ¿Qué dirías de él?
Llorenç es seguramente una leyenda del beach soccer. Pero por encima del jugador, tiene una persona que es todavía mejor. Como tal, es un amigo que enseña a todos los que están a su alrededor a cómo vivir con alegría y simplicidad. Está siempre estudiando, enseñando y aprendiendo cosas nuevas. Como jugador es seguramente uno de los jugadores más talentosos que yo he visto jugar y de la historia de este deporte. La calidad y la inteligencia lo hacían ser un jugador fantástico que podría jugar en cualquier posición. Como rival, era lindo jugar contra él porque cuando juegas con los fenómenos los partidos son aún más bonitos de jugar.
¿Algún ídolo?
Ronaldo, el fenómeno, R9. En el beach soccer es difícil elegir a uno solo, así que te digo a algunos que me hicieron crecer como jugador cuando era joven como Juninho 5, Alan Cavalcanti y Betinho y algunos que me hicieron enamorarme del fútbol playa como Benjamin, Jorginho, Junior Negão y Madjer.

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¿El eterno rival?
Mi eterno rival soy yo. Porque todos los días intento ser mejor que el Bernardo de ayer, sea dentro o fuera del campo.
Eres una inspiración para muchos jóvenes. ¿Qué les dirías a las nuevas generaciones?
Les digo “Trust The Process”. No tienen que pensar que son los mejores. Tienen que ser humildes y tener ganas de aprender cosas nuevas. Además, necesitan tener paciencia. Muchas veces los jóvenes quieren las cosas ya, en este preciso momento, y no son capaces de esperar. Pero esa espera no significa solo esperar, significa esperar entrenando, mirando, aprendiendo, cometiendo errores y evolucionando.
¿Hasta cuándo veremos a Bernardo Botelho sobre la arena?
No hago planes para dejar de jugar. Creo que solo será cuando sienta que no consigo jugar en el alto nivel o que pierdo las ganas de hacerlo.
Además de futbolista, eres Licenciado en Educación Física. ¿Ejerces como tal?
No. Antes sí porque viajaba menos y podía trabajar en Brasil. Pero ahora son muchos viajes y mucho tiempo fuera, entonces no consigo trabajar en el ámbito de la educación física.

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¿Qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Me gusta aprender sobre temas que me interesan, ir a la playa, quedarme con los amigos y la familia, jugar a altinha -un juego tradicional en las playas de Río de Janeiro-, viajar, ver fútbol, ver los partidos del Botafogo en el estadio, leer, jugar a la PlayStation -aunque hace ya tiempo que no lo consigo-, comer açaí, tomar café, escuchar Linkin Park…
Último libro que has leído.
Factfulness, de Hans Rosling. Es un libro que nos muestra con hechos que el mundo, a pesar de todo, está siempre mejorando.
¿Algún sueño o reto todavía por cumplir?
Esa respuesta la aprendí con un gran amigo del beach soccer, la leyenda uruguaya Pampero. Mi sueño es tener salud porque con salud puedo ir detrás de todos mis retos.
Mi objetivo deportivo es jugar una Copa del Mundo de fútbol playa y personalmente sueño con tener un hijo o hija, o uno de cada (sonríe).

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