Llorenç Gómez anuncia su regreso al fútbol playa a partir de 2026 desde una decisión consciente, madura y profundamente alineada con su momento vital y deportivo. No es un regreso al pasado ni una vuelta por inercia. Es una elección. Un paso meditado que nace del respeto al juego, a su historia y a sí mismo.
Su regreso se construye desde la coherencia, el sentido y la verdad de estar solo cuando realmente merece la pena estar. Cuando el contexto, el proyecto y la energía estén alineados.
Tras una trayectoria marcada por títulos, reconocimientos internacionales y una relación intensa con el fútbol playa, Gómez explica que este nuevo capítulo nace de una reconciliación profunda con el deporte y con la parte más auténtica de sí mismo, después de un periodo en el que las lesiones marcaron el final de su etapa como jugador.
“Las lesiones fueron el motivo por el que me retiré. Durante mucho tiempo tuve que aprender a convivir con ellas, a escucharlas y a respetarlas. Hoy no vuelvo negándolas, vuelvo habiendo aprendido a vivir con ellas”, afirma.
Este regreso no responde a la lógica tradicional de la competición ni a expectativas externas. No se trata de estar por estar, ni de sumar partidos. Gómez volverá a pisar la arena únicamente cuando su aportación pueda ser real, significativa y honesta, cuando pueda sumar desde la experiencia, la emoción y el compromiso, respetando su cuerpo y sus tiempos.
“Volver no significa estar siempre. Significa saber cuándo estar. Elegir muy bien cada momento, cada contexto. Estaré cuando el proyecto, el equipo y yo estemos verdaderamente alineados”, señala.
El disfrute, esencia de su vínculo con el fútbol playa desde el primer día, sigue siendo el motor de esta decisión. La diferencia está en el lugar desde el que ahora se vive el juego: lejos de la presión constante y de la exigencia sin escucha, más cerca de la libertad, del cuidado personal y de una relación más consciente con el cuerpo y con el deporte.
Este regreso convive de forma natural con su actual rol como entrenador y referente. Gómez mantiene su compromiso con el liderazgo, la formación y la construcción de proyectos sólidos a largo plazo, entendiendo que, en determinados momentos, volver a estar dentro de la arena también puede ser una forma poderosa de liderar, inspirar y acompañar desde la experiencia real.

FOTO: Enzo10

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En el caso de Genova Beach Soccer, este doble rol se integra en una visión global basada en valores, identidad y crecimiento humano. Su presencia como jugador no responde a un rol competitivo clásico, sino a un liderazgo vivido desde dentro, pensado para fortalecer la cohesión, el sentido de pertenencia y la cultura del club.
El reciente cierre de su etapa con la selección de Dinamarca se ha producido desde el respeto mutuo y la coherencia. Su nuevo momento profesional, con responsabilidades más amplias y una visión a largo plazo, hacía necesario ser honesto con el nivel de compromiso que exige una selección nacional.
Respecto a una posible vuelta a una selección como jugador, Gómez se muestra abierto: si en algún momento la selección española de fútbol playa considera que su perfil puede encajar y aportar, asumiría ese reto con la seriedad, el respeto y la dedicación que ese contexto requiere.
Este regreso, profundamente emocional en su origen y equilibrado en lo deportivo, no busca repetir lo que fue. Busca honrar el juego desde un lugar más consciente y humano. Porque volver después de aprender a convivir con las heridas no es debilidad: es madurez. Y cuando alguien vuelve así, la arena lo siente… y quienes aman este deporte, también.




